El domingo pasado tuve que
desnudarme para un cortometraje que estoy realizando. Cuando el director me
hizo la propuesta, hace unos meses, por instinto le dije que sí. Después, cuando entro mi cabeza a racionalizar
la situación, empecé a dudar y cuestionar todo. Pensé que mejor no debería
hacerlo. No era algo que necesitara a nivel profesional, y empecé a justificar
de mil maneras porque era una mala idea.
Pasaron los días y lo olvide. Lo guarde en un cajón porque sabía que
faltaban muchos meses para que llegara el momento y que incluso quizá no llegaríamos
a hacerlo.
Sin embargo, llego el día y el
director me dijo que teníamos que grabar ya la escena del desnudo. En ese momento me empezó a doler la barriga y
me sentí nerviosa. Yo le decía: “si claro, tu dime cuando” mientras por mi
cabeza pasaban todos mis miedos e inseguridades. “No estoy en forma, tengo que
ponerme a dieta, las próximas 3 semanas nada de pan, más abdominales y un largo
etc. La realidad era que en 3 semanas no
iba a cambiar mucho, sobretodo no iba a cambiar una percepción
de mi misma de muchos años. Y no, no
hice dieta en estas 3 semanas.
Los días previos al rodaje me sentía
tranquila. En realidad no quise
enfocarme mucho en eso porque sabía que me comería la cabeza con auto juicios. Cuando se me cruzaba algún pensamiento
negativo o de miedo simplemente me repetía a mí misma que esto era importante
para mí como artista. Era una forma de liberación y de descontrol que me viene
bastante bien. Ahora se había presentado
la oportunidad y lo tenía que hacer.
Llego el día y estaba
relajada. Ya había tenido tiempo de auto-convencerme de que no es tan importante. Es un cuerpo desnudo y que el miedo
que yo pudiera tener era solo una invención en mi cabeza. Tenía ganas de enfrentar ese miedo. Me sentía
con fuerza y hasta entusiasmada de hacerlo porque sabía que sería un reto
superarlo. Estaba completamente
tranquila y.... sucedió algo. ¡Se me adelanto la regla! Y pensé: “¡además de la incomodidad del
desnudo ahora esto!” No es mi mejor momento para desnudarme. En esos días me siento 3 veces más gorda, me duele
la barriga y estoy aún más sensible a cualquier crítica o juicio. Por un
momento me sentí nerviosa y agobiada. Llore, lo hable y me tranquilice. Tampoco era tan grave pero la verdad es que
en secreto quería que me llegara un mensaje del director diciéndome que el rodaje
se pospondría para otro día. Ese mensaje
no llego.
Lo que llego fue el domingo de rodaje
y empezamos la mañana grabando escenas en donde estaba vestida. Estaba bien y contenta por estar actuando y
grabando. Me encanta el ambiente que se crea; las luces, la cámara, la escaleta, los técnicos, la acción.
Sabia que la escena del desnudo la haríamos por la tarde e intente no pensar en
ella ni estar preocupada por como seria.
Me concentre en lo que estaba haciendo y en estar en el presente.
Después de la comida llego el
momento. Por supuesto que comí poco.
Algo no habitual en mí. No quería que se me inflara aún más la barriga. Aparte de eso me sentí tranquila. Yo misma me sorprendí
de lo relajada que estaba. Pensé que iba a estar más nerviosa o asustada. O que
me iba a costar más quitarme el albornoz. La verdad es que no tenía otra opción. Ya me había comprometido, es parte del
personaje, de la historia y además soy una profesional. Ya no había escapatoria
así que lo acepte y simplemente me concentre en el momento. Escuche “preparados” y de repente me encontré desnuda, de pies a cabeza, frente a la cámara.
La primera toma estaba tensa. Temblaba un poco, más de frío
que por otra cosa. Casi, no respiraba. Quizá inconscientemente no quería inflar la
barriga. No quería que se me viera panza
mientras estaba desnuda. No me acuerdo
haberlo pensado en ese momento pero cuando el director dijo “corte” sí que me
di cuenta de que tenía los hombros arriba y mi respiración estaba algo
contenida. Me relaje, respire más
profundo e hicimos otras tomas. Continúe
grabando con la intranquilidad y emoción del personaje. No estaba preocupada de
mi cuerpo ni de lo que pensarían de mí. Estaba completamente interesada y
concentrada en la acción y lo que tenía que hacer el personaje. Estuve bastante tiempo desnuda porque había
diferentes planos que tenía que grabar.
Sorprendentemente me sentía muy bien. Estaba presente. No había juicio. Me
estaba divirtiendo en la incomodidad.
No sé el resultado. No lo veré hasta la finalización del corto y quizá ahí
me volveré loca con mis propios juicios. Ya se verá. Por el momento, me alegra haber hecho este desnudo porque me doy cuenta que a pesar del miedo que le tenia, lo hice.
Aceptar que tenemos miedos es importante y el reto esta en que no nos limiten. La idea es lograr una sana convivencia con ellos. .
Aceptar que tenemos miedos es importante y el reto esta en que no nos limiten. La idea es lograr una sana convivencia con ellos. .
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